En el marco de la “Escuela de Verano 2023” organizada por la Universidad de Concepción durante enero, se realizaron dos diálogos intercientíficos en los que se reunieron investigadores UdeC y recolectores de nalcas y algas de la provincia de Arauco. La iniciativa fue organizada por el proyecto FONDECYT Regular “Enabling factors for interscientific dialogue in coastal areas facing climate change: case study in Arauco province” (2022-2026), a cargo de la Dra. Noelia Carrasco, académica del Departamento de Historia UdeC.
El primero de los dos encuentros fue realizado el día jueves 12 de enero, titulado “Diálogo intercientífico: Conversando horizontalmente sobre las virtudes de las nalcas". En esta ocasión participaron recolectores de la Agrupación Nalqueros de Pehuen (Lebu), e investigadores de la Universidad de Concepción. Fueron invitados como expositores a este espacio de conversación y reflexividad Cledia Flores (Presidenta Agrupación Nalqueros de Pehuen), Saddys Rodríguez (Investigadora Centro de Polímeros Avanzados Udec), Marcelo González (Profesor Depto de Obstetricia y Ginecología Udec). La actividad fue coordinada por Noelia Carrasco (antropóloga, directora del proyecto), Natascha de Cortillas (artista visual, académica del Departamento de Artes Plásticas), Camila Neves y Jimena Cameron (historiadoras, tesistas de Doctorado y Magíster del Departamento de Historia, respectivamente), Francisca Vergara-Pinto (antropóloga, estudiante de doctorado de la Universidad de Manchester), y Paulo Abad (sociólogo, tesista de Magíster en Investigación Social y Desarrollo).
La instancia reunió conocimientos múltiples y diversos sobre las nalcas. Los investigadores presentaron resultados de sus estudios científicos en torno a la composición química de la nalca, tanto de las células de su tallo (nalca) como de la hoja (pangue)[1][2], y hallazgos sobre sus usos medicinales para el tratamiento de afecciones cardíacas, sanguíneas y/o cutáneas, entre otras. Por su parte, los recolectores compartieron asimismo conocimientos sobre usos alimentarios y medicinales, además de relevar la importancia de proteger los troncos (cepas) donde crecen las semillas. A lo anterior se suma una serie de conocimientos sobre las prácticas de cuidado y recolección de esta planta, los modos de identificación de pajonales en diversos sectores de la comuna de Lebu, su historia local, la imbricada relación existente entre la identidad de nalquero(a) y la sostenibilidad de los ecosistemas donde se reproduce esta especie nativa; y por último, las presiones que enfrentan al recolectar nalcas en predios forestales donde se sitúan y sobreviven los pajonales, entendidos como sus medios de subsistencia.
Asimismo, el diálogo visibilizó espacios fértiles de complementariedad en torno a cómo conocer/valorar las cualidades enormemente beneficiosas de esta planta nativa, algunas ya identificadas y utilizadas sustentablemente por los recolectores, y estudiadas por científicos(as) que evidencian el potencial medicinal y alimentario de las virtudes de las nalcas. El diálogo intercientífico llevado a cabo en dependencias del Departamento de Historia dio paso a un recorrido en conjunto por los espacios de la Universidad, como casa de estudios desde donde se está impulsando el diálogo de saberes.
El segundo de los encuentros consistió en un espacio de cocina colectiva y recetarios locales en la Playa Quiapo. Esta actividad estuvo dirigida por la artista visual Natascha de Cortillas Diego, participaron las investigadoras Valentina González, Camila Neves, y Paola Díaz (presidenta de la Agrupación de Recolectores de Playa Quiapo). Se prepararon diversos platos con algas que comúnmente se consumen en los hogares de la playa Quiapo. Entre estos, fritos de luche y empanadas de cochayuyo. Para sostener la horizontalidad entre las formas de conocimiento entre comunidades costeras, se prepararon diversas ensaladas de nalcas en conjunto. Cada asistente preparó su propia ensalada a partir del gusto y costumbre individual.
Posteriormente, se sostuvo un almuerzo en conjunto conversando sobre los espacios que han sido construidos en colectividad y lo aprendido desde el primer año del proyecto (2022). Se degustaron platos con base de algas y ensaladas, donde cada asistente conversó sobre la elección de sus ingredientes y la relación de cada familia con la comida. También se compartieron las diversas recetas. Tras finalizar la actividad se concluyó que la preparación de platos es, también, una forma de crear arte y de comprender la heterogénea y compleja cultura y los sistemas de conocimiento locales de las comunidades en zonas costeras.
Texto: Francisca Vergara y Camila Neves. Créditos fotografías: Natascha de Cortillas Diego.